Isabela era una joven osada e interesante, pero poco sociable. En las escasas ocasiones en las que decidĂ­a abrir sus alas destacaba el torrente de su carĂĄcter. La naturaleza de su esfuerzo generaba una reiterada competencia malsana, agresiva, de dimensiones ĂĄcidas y burbujeantes alrededor del verbo envidia… liviano en fatiga y prolĂ­fero experto ajeno a lo dinĂĄmico. Siniestro abanderado sin mĂĄs objetivos que acorralar, atacar o apartar; viciando la intenciĂłn de competir con seriedad o considerar a cada uno por su valĂ­a. Claro que es mĂĄs fĂĄcil llegar a la meta sin esfuerzo. Por medio de atajos o camuflando verdades de triunfos hasta, convertirlas en mentiras. Olvidando con frecuencia y torpeza que, el que tiene luz innata, ni puede, ni debe permanecer en la oscuridad.

By Katy NĂșñez