Categoría: Simplemente Eva

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Cuaderno de notas 📓 El pirata.


—¡Uno, dos, tres doblones!, —el malvado contramaestre esperaba rumiante el momento para lanzar su embuste sobre el primer oficial, mientras contaba—. Atacó al desdichado artillero por la espalda para robarle su oro —declaró cuando fue menester ante el malhumorado capitán—. Lo vio hasta el mismísimo Dios —alzó la voz incitando a la tripulación que, acabo vociferando para que el primer oficial caminara por el tablón. Después de aquella declaración de odio, el capitán, se acercó al oficial, y tiró de su sable; sirviéndose de la punta de la cimitarra para retirar del cinturón del contramaestre una pequeña bolsa de piel ajada. Que hizo sonar varias veces antes de dejarla caer en cubierta, para dar certeza.


By Katy Núñez

Cuaderno de notas 📓 La distancia.

Aunque la distancia era difícil de sobrellevar, parecía tan oportuna, tan limpia. No quería sentarse a pensar en ello, no por miedo, sino porque sabía que haciéndolo sentiría aún más el encierro. Evaluar la equidad de lo ocurrido no era posible porque no existía una norma establecida —simplemente no la había— solo restaba, esperar y respetar. Era el momento de ofrecer la otra mejilla, confiar en dios y rogarle paciencia.

By Katy Núñez

Cuaderno de notas 📓 Difícil de ignorar.

Isabela era una joven osada e interesante, pero poco sociable. En las escasas ocasiones en las que decidía abrir sus alas destacaba el torrente de su carácter. La naturaleza de su esfuerzo generaba una reiterada competencia malsana, agresiva, de dimensiones ácidas y burbujeantes alrededor del verbo envidia… liviano en fatiga y prolífero experto ajeno a lo dinámico. Siniestro abanderado sin más objetivos que acorralar, atacar o apartar; viciando la intención de competir con seriedad o considerar a cada uno por su valía. Claro que es más fácil llegar a la meta sin esfuerzo. Por medio de atajos o camuflando verdades de triunfos hasta, convertirlas en mentiras. Olvidando con frecuencia y torpeza que, el que tiene luz innata, ni puede, ni debe permanecer en la oscuridad.

By Katy Núñez

Cuaderno de notas 📓 Aquella mañana.

Aquella mañana sus dedos se posaban sobre las teclas del ordenador con cierta nostalgia. Había permanecido unida al dispositivo durante todo el proceso de creación del manuscrito. Ya en la recta final no podía olvidar cuántos días de frustración, de revisión, de constante dedicación la mantuvieron ante la pantalla —y a tan solo un par de semanas para su publicación— la llamada del responsable de un programa de una emisora reconocía tanto esfuerzo, incluyéndola en su carpeta. Tras colgar, quedó en silencio como casi una hora, en la que su mente permaneció en blanco. Cuando pudo reaccionar, cogió su móvil e hizo una llamada:

—Buenos días, madre—.

By Katy Núñez

Cuaderno de notas 📓 La dos caras.



Tu mano de eterna influencia promete la cara brillante del satélite natural, aquella que refleja la luz del sol. Tu cara volcánica oculta el pozo sin fin de tu miedo. Como testigo el cielo, como juez las estrellas y como Dios un recuerdo de verdades que no mueren, lo hará la imagen de melancolía que refleja este cuerpo celeste que gira alrededor del que por siempre serás tú, mi planeta.

By Katy Núñez

Cuaderno de notas 📓 En el fondo.

En el fondo de su armario había verdades, secretos, dolor, miedo a la intolerancia, a la rabia o la tristeza. Pero fuera se encontraba la esperanza. Una noche cubierta por mil estrellas. Un día de sol brillante bañándose en las aguas de un inmenso mar; en Isabela permanecían la acción y efecto. Estaba dotada de fuerza y el coraje para salir adelante lo encontraba cerrando de un portazo el odioso armario para abrazar la vida cada mañana con seguridad, confianza y una sonrisa digna de un saludo tan cotidiano como… Buenos días.

By Katy Núñez

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